jueves, 30 de junio de 2011

3 comentarios:

  1. La mejor manera de comprender toda producción artística es a través de sus artistas y su tiempo.
    El recorrido exhaustivo por la Obra nos descubre la razón de sus alteraciones y fenómenos de envejecimiento, y es el deseo de todo restaurador el actuar con el mejor de los criterios y habilidad manual en pro de su estabilización.
    No siempre la acción restauradora es reversible, de ahí la importancia.

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  2. Acciones irreversibles, como son la limpieza de un cuadro y la eliminación de repintes.
    La limpieza de la capa de barniz de un cuadro es un asunto de alto riesgo, por la alteración definitiva del aspecto estético.El reflejo de su alma. Su complejidad radica en que cada obra requiere de procedimientos distintos inherentes a su creación y el criterio adecuado de acción para cada cual.
    Exceso y defecto.
    No es asunto de limpiar exhaustivamente. Sino de retirar con prudencia y mucha observación en lo que está pasando a nivel estético, el velo (oxidación del barniz) que nos impide apreciar sus valores . Estos valores también pueden ser sacrificados por su exceso, en la limpieza. Perdiendo para siempre las veladuras y pátinas de la policromía.

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  3. El barniz o Capa final de una pintura, además de proporcionar brillo, resalte de los colores u opacidad, actúa de suave protector ante los efectos mecánicos o atmosféricos del entorno (polución,clima, luz). Pero esta capa de protección se amarillea u oxida, se pasma (agrisamiento) y se cuartea o craquela y estalla con el tiempo. Además, es la receptora de la suciedad ambiental y superficial.
    A causa de esta degradación en la capa de barniz, cada cierto tiempo hay que limpiar y aplicar una nueva.

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